viernes, 22 de febrero de 2008

Reseña-Guillermo Tell

Durante la canción Guillermo Tell, es decir, al leerla y escucharla; encuentro que cada palabra nos remite a una época pasada, una época no identificada, pero lo que se sabe, es que es pasada. Imaginar a Guillermo Tell, negándose a asumir el reto de ponerse una manzana en la cabeza, algo que por años su hijo había practicado, y que ahora le tocaba a él, a el padre.... es como imaginar un dicho que dice: "los pájaros tirándole a las escopetas" ¿como un pájaro volando en el cielo, puede tirarle a una escopeta en manos de un cazador en la tierra? Parece que la misma pregunta se hizo Guillermo Tell, cuando su hijo pretendió sentarlo, y colocar sobre su cabeza la manzana para tirarle el flechazo; "no era que él no creyera pero..." "¿qué iba a pasar si sale mal la flecha?" Un padre que por años le había enseñado a su hijo la manera de tirar la flecha, esto es, la manera de enfrentar la vida, de pelear, de salir al mundo, de luchar. Un padre que sentó a su hijo en las piernas para enseñarle algo que hoy no se enseña: ¿Cómo ser un CoNqUiStAdOr? Un Conquistador, es uno que no se vence, uno que no alcanza la meta, sino que la sobre pasa, uno que no se rinde a pesar de, uno que tira la flecha y atraviesa la manzana justo y detalladamente por la mitad. ¿Y ahora qué? no cree en su hijo, duda de su capacidad, de que realmente lo pueda hacer bien.

Esto nos refleja una generación pasada, que aun no se introduce en una supuesta modernidad. Una generación que se niega y se abstiene de comprender el nuevo mundo tecnológico, socioeconómico, cultural y las nuevas transformaciones que se han generado en todos los ámbitos.
La ciencia ha avanzado y continúa haciéndolo en pasos gigantes. Los médicos profesionales cada día, año tras año, se están actualizando, lo mismo ingenieros, comunicadores; porque vivimos en un mundo de cambios incontrolables. Las iglesias pasaron de la iglesia primitiva a una iglesia moderna, pasaron de la religiosidad a la relación y estilo de vida, todo es CaMbIo.

Los cambios producen temor, y los riesgos no son para los que dejan que el temor les estanque, tampoco para los que no sienten el miedo; los riesgos son para gente que siente temor y se lanza. ¿Qué le pasó al padre? ¿Al hombre que entrenó a su hijo? “Guillermo Tell no comprendió el empeño pues quién se iba a arriesgar al tiro de esa flecha. Y se asustó cuando dijo el pequeño: Ahora le toca al padre la manzana en la cabeza” Una sociedad de constante cambio se encuentra comprimida en la letra de esta canción. A su vez, los expertos, los maestros, los admirados, que pertenecen a esta sociedad de constante cambio, se niegan a él. Luchan por él, y cuando tienen la oportunidad se rinden. Luchan por el cambio de un régimen, y cuando lo logran el temor les invade, pelean por las dicotomías del gobierno y su metamorfosis, y llegado el momento, “no comprenden” “Guillermo Tell no comprendió a su hijo que un día se aburrió de la manzana en la cabeza”. El cambio en las sociedades, en la vida, nunca deja de ser.
Es solo que quienes gobiernan ese cambio son los arriesgados, los que se cansan y se aburren, los que se enojan con su situación actual. “…un día se aburrió de la manzana en la cabeza” y ¿Quiénes son los otros? Es la generación que aunque luchó por algo, y aunque se cansaron también, “no comprendieron”, esta generación es obsoleta, porque no viven el cambio, solo lo ven, creen experimentarlo, pero no están en el, aunque el cambio, nunca deja de ser.

Encuentro interesante la canción, cuando se comprende desde una comparación con la sociedad en la que vivimos, siendo Guillermo Tell, un grupo de intelectuales que lucha por un cambio de régimen, y a la vez, un grupo de analistas que luchan por mantener ese régimen. En cada grupo hay argumentos sólidos, ideales aparentemente racionales, y sin embargo se oponen entre sí, tanto que sus análisis dejan de ser basados en argumentos concretos, a un análisis guiado por las emociones que se tiene en contra de determinado grupo. El intelectualismo parece que desaparece, y se toma un color de “vieja chismosa”. Guillermo Tell, un hombre que practicó durante muchos años tirar la flecha en el centro de la manzana, quien enseñó a su hijo, no comprendió que ya era hora de que el ejerciera lo mismo, no importando si era de acuerdo a sus ideales, no importando si quizá iba a fracasar a costa de su muerte, no importando si era o no el régimen que él deseaba, no lo comprendió. Lo único que debía hacer era permitir que su hijo lo intentara, ya era su turno, ya le tocaba al hijo, pero no comprendió.

La pregunta es ¿realmente se logra algo bueno con un cambio de régimen? ¿Realmente Guillermo Tell, hubiera logrado algo, al continuar tirando la flecha sin darle oportunidad a su hijo? y ¿si estaba tan disgustado, porque no se conseguía a otro que le sirviera de mesa para colocar la manzana? Así es la sociedad, son un todo, y ese todo está dividido, unos por que si, otros por qué no, ¿por qué no darle el turno a ese grupo que creo que está equivocado? ¿Y si encuentro que es realmente malo porque no salir de aquella sociedad? y si no puedo imponer mi grupo, ¿por qué no dejar que continúe el que ya está? para todo se tienen argumentos y justificaciones, Guillermo Tell tenía uno, y era, "... no era que él no creyera pero qué iba a pasar si sale mal la flecha". Para todo hay un riesgo, quien no quiere arriesgar nada, puede quedar estancado, y si no quiere mejor se cambia de sociedad, y si quiere pues se queda, y si la mayoría no quieren el riesgo, pues aceptemos eso, ¿para qué peleas? ¿Acaso con argumentos supuestamente "buenos" ha cambiado la sociedad?

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